sábado, 17 de julio de 2010

El manejo de la disciplina

Haya maestros adultos cercanos, no seres perfectos, sino compañeros de camino capaces de contagiar ilusión y ganas de vivir mejor. Adultos que puedan ser tomados como modelos, que no se disfracen de niños o adolescentes, que sean cariñosos y exigentes, que formen en el esfuerzo y la ilusión. Pues sólo cuando te sientes amado por alguien, aceptas que te corrija, que te castigue, que te diga las cosas.

Veinte pautas para el manejo de la disciplina

1. Nunca la uses como herramienta de venganza. Revisa constantemente tus propios sentimientos. No tomes decisiones en momentos de emociones intensas, pues normalmente en esos momentos nos equivocamos. Date tiempo y calma para decidir sobre las personas que tienes a tu cargo.

2. Si en algún momento descubres que te has equivocado, que no has sido justo, pide disculpas. Eso no quita autoridad si los alumnos ven sinceridad y voluntad de cambio. Más bien la refuerza.

3. Trata a tus alumnos como personas, pues cuando al alumno se le trata y respeta como persona, reacciona como tal.

4. Las reglas están al servicio de las personas y no a la inversa. Nunca digas “hay que hacer tal o cual cosa porque lo dice el reglamento” sino “está en el reglamento porque es recomendable que lo hagamos”.

5. Involucra a tus alumnos en el manejo de la disciplina. Elabora y evalúa el manual de convivencia del aula con ellos. Conoce, orienta y busca apoyo de los líderes del grupo.

6. Los niños y adolescentes necesitan libertad y límites. Ni tanta libertad que les haga sentir que están solos, ni tantos límites que les impida ensayar, ser ellos, e incluso, equivocarse. Que sepan que no los persigues, pero que si te necesitan ahí estás. Ni tan cerca, ni tan lejos.

7. Los niños y adolescentes quieren –necesitan- ser mirados y escuchados.

8. La disciplina debe buscar más la construcción de la comunidad que la separación de ella, por eso busca estimular más que sancionar, recuperar y corregir más que eliminar o separar.

9. Cuando debas premiar y estimular hazlo en público. Si te toca imponer castigos y sanciones, hazlo en privado.

10. Cuídate de nunca traicionar la confianza de un alumno o alumna.

11. Enfrenta las dificultades y conflictos. Si los evades, crecerán. Tienes que ser oportuno.

12. La formación de una buena disciplina, que responda a las necesidades de convivencia y al logro de resultados, requiere de un acuerdo entre todos los que participan del trabajo de un aula. Debe haber unidad de criterios entre los diferentes maestros y maestras.

13. Puede ayudar en el manejo de los casos difíciles “sentar jurisprudencia”, es decir, tener un banco de casos y de soluciones planteadas.

14. La disciplina no es un elemento aislado de la escuela. Resolver un conflicto –un problema de disciplina requiere no sólo de manejar reglamentos y sanciones, sino de una cercanía al grupo, de la manera como se vive y se desea vivir la convivencia escolar, a los niveles de pertenencia e identificación con la escuela, al programa de Orientación Educativa, horas de tutoría, los temas transversales y “la educación en valores” y a las metodologías utilizadas en la escuela dentro y fuera de las aulas.

15. Ten cuidado con los momentos en los que te toque sancionar o aplicar un castigo: Escucha al alumno antes de tomar una decisión.

16. Dialoga y reflexiona con el alumno. Ayúdale a evaluar su actuación mirando sus motivaciones y consecuencias.

17. Confía en sus posibilidades de mejora.

18. Aplica correcciones que remedien el daño ocasionado: si alguien ensució, la mejor sanción será que limpie.

19. Ayuda a tus alumnos a combatir sus malos hábitos.
20. Por último, evita los sermones. Sirven muy poco. Tus alumnos y alumnas necesitan que hables menos y escuches más. Y cuando enfrentes un conflicto en el grupo, es mejor que ellos descubran lo que está pasando a que tú se lo digas. Por ello conviene plantear dinámicas de grupo o dilemas morales semejantes a los detectados en el aula que ayuden a una “clarificación de valores”.

FELICITACIONES

SEGUIMOS TRIUNFANDO
1º Puesto en Concurso de Escoltas
!GRACIAS CHICAS!

El éxito no se logra con la suerte, es el resultado de un esfuerzo constante.

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